Sucesivamente, el Banco de España, la Comisión Europea y ahora el
Fondo Monetario Internacional han desmentido las previsiones optimistas
de Rajoy, sus ministros y los grandes capitanes de bancos y
compañías del Ibex 35. Ya saben: esas bonitas profecías que anunciaban
brotes verdes, luz al final del túnel, indicios de recuperación y
chupachups de menta para el año 2014. El presidente del Gobierno tuvo el
morro de ponerse positivo en el debate sobre el estado de la Nación y su increíble discurso fue calificado de serio y riguroso
en los círculos políticamente correctos. Este tipo de situaciones, ya
lo he escrito otras veces, nos dejan con la duda razonable de si quienes
nos mecen la cuna son muy listos o tontos perdidos. Me inclino por la
primera opción. Ellos son agudos a más no poder. Los bobos de solemnidad
somos nosotros.
Si la cosa económica no mejora ni al año que
viene ni al otro, siempre será posible explicarlo mediante algún tipo de
malabarismo retórico. La ministra Báñez, una de las grandes
lumbreras del actual Ejecutivo, ha rebautizado al hecho de salir al
extranjero a buscar empleo. Ya no se llamará emigración, que suena
horroroso, sino movilidad exterior. El ministro de Justicia, abrumado al ver a la Infanta Cristina tratada cual vulgar esposa de un vulgar presunto, ha dejado caer que a los imputados se les va a llamar en lo sucesivo encausados, para suavizar el tema. Cospedal, la Bienpagá, pone a los del PP como ejemplo: antes dejan de comer que de pagarle al banco. Con un par, la tía.
La derecha tiene empuje, tradición y una jeta durísima. Los sociatas
quisieron emularla y compartir beneficios, pero desde siempre se les vio
manifiestamente tiernos, vulnerables y abundios. Pillados con las manos
en la masa, se han agobiado, han balbuceado explicaciones poco
imaginativas y al final han puesto ellos solos el cuello en el tajo. Qué
pringados. Actuaciones tan cuajadas como las de Bárcenas u Oriol Pujol
(capaz de convertir el reparto de ITVs en asunto patriótico) reflejan
una singular astucia y una depurada genética de predador con recursos.
Los demás... a tragar.
JOSÉ LUIS Trasobares 19/04/2013
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