martes, 23 de abril de 2013

Lo que de la demoscopia se desprende 20130423

Heraldo de Aragón. Abril 23, 2013

Muy interesante el sondeo sobre intención de voto que publicó este diario el domingo (al natural). También tiene su miga el que saca hoy Heraldo (supercocinado). La conclusión básica es simple y previsible: el PP cae, el PSOE se medio mantiene, crecen IU y UPD, anda medio regular la CHA y el PAR se reduce a su estricta y desorientada clientela. En estas condiciones, el futuro exigirá, de un lado, coaliciones progresistas y, del otro, algún tipo de entendimiento entre PP, PAR y (necesariamente) UPD, si tal cosa pudiera ser posible. El electorado se fragmentará, la abstención aumentará, la gobernabilidad se hará más y más difícil. Y la emergencia de una nueva plataforma electoral de izquierdas que reúna las energías de los movimientos sociales, de los partidos, del quicemayismo, de los independientes, de la gente del común... ese invento, digo, se está convirtiendo en una salida muy razonable: con sus debates, sus asambleas y sobre todo con sus primarias abiertas. Pero... ¿con el PSOE o sin el PSOE?, preguntan muchos. Bueno, eso lo tendrá que decidir el PSOE. Si es capaz de reinventarse, renovarse y regenerarse, su sitio sería precisamente ese: a la cabeza de un nuevo Frente Popular que dé un golpe del timón, ofrezca una reconstrucción justa del contrato social, afronte la crisis económica desde los intereses de las mayorías y resuelva la crisis política llevando a las instituciones los valores de la honradez, la solidaridad, el trabajo, la sensatez y el conocimiento. Libertad y bienestar. De cajón.

El PP se derrumba arrastrado por una gestión desastrosa. O genial, según se mire. Porque aunar recortes presupuestarios bestiales y un monumental incremento de la deuda pública es de nota. En Zaragoza, sin embargo, los conservadores no gobiernan y también se vienen abajo. Por reflejo de lo que sucede en toda España, y por la incapacidad de la derecha cesaraugustana para oponerse a Belloch con algún argumentario que no sea tronar contra un tranvía que funciona a las mil maravillas (ahora dicen los de la contra, ¡ay, Señor¡, que el artefacto "morirá de éxito"). Qué suerte has tenido, Juan Alberto. 

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