sábado, 24 de agosto de 2013

Alguien debe explicar lo de los autobuses 20130824

Siguiendo con lo que les planteaba ayer respecto de la contratación pública, explíquenme cómo es posible que TUZSA-AUZ pujase (en solitario, ojo) por la concesión durante diez años de los autobuses en Zaragoza, mientras su propietaria, una sociedad británica de capital riesgo, negociaba su venta. Es de cajón que el susodicho bisneo estaba directamente vinculado a la consecución de la contrata y a la inmediata y drástica reducción de plantilla que dejaría el negocio expedito para el comprador. ¿Ha habido pelotazo en esta operación? ¿Tiene sentido que un servicio pagado por los sufridos cesaraugustanos sea objeto de no se sabe qué tejemanejes por parte de fondos de inversión que toman decisiones a miles de kilómetros de distancia? Si esto es legal...

El hecho, conocido posteriormente, de que todos los actores de esta tragedia local conociesen la compra-venta que se estaba urdiendo no hace sino enredar la madeja. El otro día, un lector de este diario se quejaba de que la información sobre el conflicto de los autobuses era un auténtico laberinto. Tenía razón. Pero es que también quienes hemos de relatar o comentar la jugada estamos confusos. Hay hechos que se nos escapan. Encima, ningún responsable municipal ha dado la cara para explicar qué está pasando exactamente. Por supuesto, la dirección de TUZSA-AUZ tampoco dice nada. Se limita a mandar sus burofax comunicando despidos y a ingresar las magras indemnizaciones en las cuentas corrientes de los afectados. Todo legal también. Pero asqueroso.

La colaboración o sinergia entre el sector público y el privado es un territorio lleno de sombras. Cada vez más. Casos como el de la privatización de varios hospitales madrileños, que han sido concedidos a una compañía portorriqueña especializada en ofrecer a los norteamericanos tratamientos médicos low cost en el Caribe (la cual podría traspasar la contrata a otra empresa que gestiona en Estados Unidos centros sanitarios de emergencia) pone los pelos de punta. Pero situaciones así se están produciendo todos los días.

Curioso agosto. Y los jefes, de veraneo... O luchando por Gibraltar. 

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