sábado, 10 de agosto de 2013

Estos sí que saben irse de vacaciones 20130810

La derecha sabe hacer bien las cosas. Cuando gobernaban, los sociatas se pasaban el verano yendo y viniendo afanosos cada vez que ardía un bosque, caía una granizada o surgía cualquier novedad (incluso hoy, el jefe del PSOE aragonés, Lambán, se muestra de lo más ubicuo, y eso que no manda nada). Los del PP, sin embargo, como tienen el señorío español en el ADN, cierran la tienda, se van y punto y aparte. Fíjense ustedes en el presidente Rajoy. Montó aquella comparecencia suya tan curiosa, se deshuevó de los españoles, no dio explicación alguna sobre el caso Bárcenas, aseguró que ya salimos del túnel (sí, batiendo récords en suspensiones de pagos y con 22 meses consecutivos de caída de la producción industrial), puso cara de haba, fuese a toda velocidad de veraneo... y hasta ayer, que fue a departir con el Rey, pero luego solo hizo declaraciones sobre Gibraltar (de lo otro dijo que no había nada que añadir... ¿añadir?). El Peñón es el único y gran tema estival. O eso o la nada. 

En Aragón, parecido. Se dio el piro la presidenta Rudi y con ella salieron en desbandada otros consejeros. Solo José Luis Saz, el más dispuesto de todos, ha mantenido la lucecita encendida. Luisa Fernanda irá mañana a Oliete con Antonio Suárez (¡ah!, ¿pero... existe este personaje?). Más vale tarde que nunca.

Estos mutis tienen éxito. La actualidad se ralentiza. La agenda política se queda prácticamente en blanco. Los periodistas se aburren en las redacciones. Y aunque parezca increíble, apenas se oye hablar ya del tesorero infiel, de los sobresueldos (también llamados complementos y/o gastos de representación), de los lobis y de la crisis propiamente dicha. Los ERE andalusíes y requetesocialistas sí han producido información porque la jueza Alaya, antes de iniciar su veraneo, pegó otra tanda de imputaciones. Así supimos que los Ruiz Mateos también tuvieron que ver con el mamoneo. A partir de ahí, el silencio. Sobre los indultos marroquís nadie ha dado explicación alguna. Toda la derecha de España habla por la boca (¡pero, oye, qué boca!) de Rafael Hernando. Con eso está dicho todo. 

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