lunes, 26 de agosto de 2013

PP, PSOE, IU... y no olvidemos a UPyD 20130826

La democracia actual rompió aguas con un sistema de bipartidismo imperfecto, que se desequilibró tras la desaparición de UCD para evolucionar bajo el PSOE hacia otro de partido dominante. Luego el mecanismo de relevo pareció funcionar (González-Aznar-Zapatero) hasta consagrar una nueva hegemonía: la conservadora. Pero en medio de la crisis actual la estabilidad no existe, y quien hoy dispone de mayorías absolutas puede verse mañana en precario. Por eso el PP quiere asegurar como sea su último suelo electoral (por encima de los nueve millones de votantes) dirigiendo su argumentario a la clientela más fiel, y dando por supuesta la defección de quienes estuvieron con la derecha en el 2011 pero aún son capaces de pensar por cuenta propia. Con nueve millones de papeletas en las urnas no se es hegemónico, pero todavía es posible controlar la situación si aumenta la abstención y los demás partidos no están a la altura.

¿Sobrevivirá el bipartidismo? Si se mantiene la Ley Electoral con circunscripciones provinciales es posible que sí, aunque sea trancas y barrancas. El PSOE cae y cae, pero de momento no va a ser sobrepasado por la crecida IU (donde la presión del aparato del PCE ha de causar estragos a medio plazo). Con lo cual lo que parece probable es un bipartidismo muy imperfecto, muy bisagrero. En tal contexto cobra interés el papel futuro de UPyD, que llegó para ser pequeña flor de un día pero se ha encontrado un terreno abonado donde le será fácil medrar.

UPyD es un partido transversal, que apuesta por no definirse en función de la geometría ideológica tradicional (izquierda-derecha). Así puede atraer a un electorado joven y urbano, de criterios liberales y conservadores pero que no se identifica con un PP demasiado atado a la vieja tradición. Una cosa es asumir el capitalismo postmoderno y otra comulgar con los desbarres de Rouco Varela y las sectas ultracatólicas. En UPyD han redefinido su táctica incrementando la gesticulación anti Rajoy. Van de subidón. Su dilema llegará si deben optar por ser, o no, parte de alguna coalición. No siempre se puede ser transversal. 

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