sábado, 27 de diciembre de 2014

Libres... de hacer lo que nos manden 20141227

Pueden los griegos permitirse el lujo de votar a Syriza? Tal vez, pero deberán afrontar unas consecuencias anticipadas ya mediante varios vaivenes bursátiles, repuntes de la prima de riesgo, amagos en plan borde de los divinos mercados y advertencias de la Troika, el Bundesbank y otros amos tenebrosos. ¿Podremos los españoles votar a Podemos? Los mismos oráculos nos advierten de que hacerlo sería muy perjudicial para nuestra salud económica. ¿Más perjudicial todavía que soportar la brutal devaluación interna a la que hemos sido sometidos? Pues dicen que sí. A la postre, la ciudadanía griega nos lleva no poca ventaja: ha sido sometida a tal cantidad de putadas que ya tiene meridianamente claro que puede ponerse el mundo por montera y elegir un gobierno inconveniente, porque ir a peor resulta imposible.

Los argumentos del miedo absoluto se deslizan por una espiral sin fin, pues se supone que por muy mal que estés siempre habrá algo peor. La España de la posguerra, por ejemplo, se sometió al franquismo cuando este régimen ya le había causado tantos daños y tan terribles que sólo quedaba una opción: sobrevivir en cualquier circunstancia. Pero los traumas actuales, los que nos vienen afligiendo a partir del 2007, no resisten comparación con aquellos; no parecen tan extremos como para anular en la ciudadanía el deseo democrático, el gusto por la libertad. Sobre todo porque la aceptación resignada de las condiciones que impone una reducidísima minoría de voraces oligarcas financieros y burócratas políticos (fundidas ambas especies en una sola) nos lleva igualmente al agujero negro. Lo cual que, de perdidos, al río.

Si no cabe auditar ni replantear la bestial deuda generada tras años de sucias operaciones crediticias y de socializar las pérdidas de un sistema ineficiente y corrupto, quiere decir que ya nos pueden hacer de todo. Y no cabe duda de que nos lo harán. Aceptando que solo somos libres para hacer lo que nos manden, además de perder la libertad acabaremos, tarde o temprano, en lo peor. O sea- en lo peor de lo peor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario